En una entrevista con el diario japonés Nikkei, el funcionario dijo que esta "no es una carrera". "Comenzamos nuestra discusión con un horizonte de cinco años en mente. Es probable que cinco años sea el tiempo mínimo necesario para la introducción de un euro digital", apuntó.
El ejecutivo italiano del BCE defendió que la introducción de un euro digital ayudaría a mantener abierta la competencia y estimularía la innovación, al tiempo que fortalecería la autonomía y la resiliencia financiera de Europa.
En este sentido, Panetta señaló la importancia de evitar que el mercado europeo de pagos minoristas esté dominado "por un puñado de agentes no europeos" que podrían ser relativamente inmunes al escrutinio y la supervisión de las autoridades.
La nueva fecha supone un retraso respecto a las primeras indicaciones que dio Christine Lagarde, presidenta del BCE, y que anticipó que el euro digital podría estar disponible para los usuarios entre 2024 y 2025.
Bendición de la banca
El sector financiero ha recibido con agrado las noticias procedentes desde Alemania en lo que respecta al desarrollo del euro digital. Temerosa en un principio de que pudiera convertirse en competencia para sus depósitos, el BCE ha garantizado que "no quiere prestar servicios financieros" y que articulará la disponibilidad del nuevo método de pago a través de las aplicaciones de los bancos.
"Si el euro digital sutituye al efectivo en parte, será una innovación muy beneficiosa para el sector financiero porque hará que las transacciones sean más eficientes y reducirá costes, pues limitará la necesidad de los cajeros automáticos", indicó ayer José María Roldán, presidente de la AEB.